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Alonso Cordel

POEMAS TANGO

Los pasos de un tango

 

                  

            Se ha marchado volando

               el Otoño

         y tus manos heladas

              me buscan. 

        Hace frío y el viento

              me empuja

       a un rincón con castañas

                asadas.

          Una copa de anís

              y un abrazo

          es el fuego que yo necesito.

Lo demás:

          esperar el verano

  y buscarte de noche, entre sábanas,

          recordando los pasos 

               de un tango.

 

               Alonso Cordel

                   (29 de Noviembre 2012)

Gotan Project

Una música brutal

Volví sobre tus pasos

Volví sobre tus pasos muy despacio

y recorri el camino que tú andabas.

Pisé tus huellas. Vi que caminabas

de un lado para otro. Que el espacio,

 

siendo el mismo que el mío, era distinto;

que tú parabas donde yo seguía

y andabas donde yo me detenía.

¿Quién marcaba tus rutas: el instinto?

 

Tu huella estaba allí. ¿Mas tu mirada,

en donde se detuvo: cerca o lejos?

¿La flor que tú miraste se ha secado?

 

¿O permanece verde, imaginada,

bajo el sol de la tarde y sus reflejos?

Mejor, seguir mis pasos... ¡A tu lado!

 

ALONSO CORDEL


(Del poemario "Bajo algún cielo" -2003)

Publicado en "De perdido lugar" Antología poética (1969-2005)

Necesito tu cadencia

En cada tango  tropiezas;

en cada tango caminas;

en cada tango te mueres

y después  te resucitas.


En cada tango te llamo;

en cada tango te espero;

en cada tango renazco,

y en cada tango... me muero.


En cada tango,  un invierno;

en cada tango, una helada;

en cada tango, la muerte.

Después de la muerte..., nada.


En cada tango hay un sueño;

en cada tango, una vida;

en cada tango me buscas,

y en cada tango... me olvidas.


Necesito otra  milonga

para tenerte mas cerca.

Sin tangos estoy perdido:

necesito tu cadencia...

 

Alonso Cordel

Tangó merveilleux (A Christine Marzin)

Contigo volvieron

las rosas silvestres,

los pasos perdidos,

las leves caricias

y el abrazo firme

sobre tu cintura.

Pugliese ordenaba

nuestros sentimientos

y precipitaba

nuestra desventura:

tus pies fatigados

nos abandonaban

y nos despedimos.

-"Volveré mañana".

Pero en cada tango,

-esa es su grandeza

y su signo trágico-,

el amor se acaba.

 

Alonso Cordel

(22 de Août. 2012) 

LA LINDA ISABEL

Estaba muy sola

en una esquinita

del "Halle Marcadieu".

-¿Bailamos -le dije-

esta milonguita?

-Bailamos. -Me dijo.

Y, en pocos compases,

nos sincronizamos

haciendo el traspiés;

giros y voleos;

cruces y sacadas;

apiles y ganchos;

saltos y colgadas.

Era sorprendente

cómo me seguía,

y empecé a admirarla:

¡Cuanta inteligencia!

¡Qué intuición tenía!

¡Cómo me seguía

por toda la pista

del "Halle Marcadieu".

Yo estaba entregado:

lo que me pidiera

se lo hubiera dadao.

-¿Me dices tu nombre,

y lo celebramos?

-Me llamo Isabel.

Fuimos a la barra

del "Halle Marcadieu".

Llegó Claudio Hoffmann,

Cecilia* y un joven

que cantaba tangos

en el "Caminito"

de la rue St. Pierre.

Ya de madrugada,

fuimos a "Palacio",

-rue de Martinet-,

y otra vez bailamos.

Pero la armonía

se había esfumado:

ya no era la misma

la linda Isabel.

 

ALONSO CORDEL

          

* "Calandría" es su nombre artístico. Se trata de una cantante argentina de tangos que conocí en una milonga de Tarbes (Francia).

 


Blanco copo sin cuajar (Letra para bolero a mi hija Ariadna)

 

         Blanco copo sin cuajar.

Cereza no madurada.

Espiga no sazonada.

Florecilla sin libar.

         Alondra que va a volar.

Eres sueño presentido.

Lo que más siempre he querido

y ahora puedo acariciar.

         Eres sólo un pajarillo

que ya ha aprendido a volar.

Lo que más siempre he querido

y  nunca podré olvidar.

         Vuela, vuela,  jilguerillo

por las azules distancias.

Vuela lejos. Ten cuidado,

que más arriba está el águila.

         No te duermas, pajarillo.

No te duermas en las ramas.

Vuela lejos… Vuela lejos...,

que hay redes disimuladas.

         Vuela, vuela, jilguerillo.

No te duermas en las ramas.

Vuela alto..., jilguerillo,

y tendrás nidos de plata.

          Alondra que va a marchar.

Eres sueño presentido.

Eres sólo un jilguerillo...

que ya ha aprendido a volar.

         Eres el sueño querido

que ahora puedo acariciar.

Lo que más siempre he  querido

y jamás podré  olvidar.

 

                       Alonso Cordel

                        (7-9-2012)

TRES GIRÁNDULAS

I

Cuando

el tiempo

se oculta y 

desaparece,

el pasado es humo.

Llega la oscuridad,

y el futuro no existe,

cuando nada hay que contar.

Dialogamos con nosotros mismos

para no respondernos ni avanzar.

¡Cuantos pluriuniversos para nada!

¡Cuanta energía sin utilidad!

¡Cuanto instante para el infinito!

¿Qué sabéis de la eternidad?

¿Conoceis lo que os rodea?

¿Y de la muerte qué?

"Sombras nada más",

dijo el poeta

y bailó

un tango.

¿Sólo?

 

II

 

Sólo

un guiño

me bastaba

para soñar;

sólo una mirada

un poco mantenida.

Tres minutos, sólo tres

me llevaban hacia el amor

en un tango... -o, tal vez, en dos...-,

y, sin embargo, eran suficientes.

¡Cuanta felicidad acumulada!

"¿Quien nos pone la música?", deciamos,

y detenidamente mirábamos

a las parejas que bailaban.

Las cortinas musicales

marcaban el momento.

No me hacía ilusiones.

Nada esperaba.

Pero ella

estaba

siempre.

 

III

 

Ella

bailaba

persiguiéndome.

Si yo paraba,

ella lo hacía.

Cuando yo caminaba

también caminaba ella.

Giros, voleos y adornos.

Pero sobre todo, los abrazos.

La música del tango nos unía

y el cariño aumentaba a cada paso.

Se iban amontonando sensaciones,

y un simple baile se transformaba

en arte. Luego, en un viaje

hacia lo desconocido.

Después, en un mensaje

mágico y secreto,

-casi en un beso-.

Y por último,

en nada:

sueños.


Lo esencial

“Lo esencial es invisible a los ojos, sólo se ve bien con el corazón” A. Sain Exupery