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Alonso Cordel

TANGOS PARA UNA MILONGA

 

I

La primera mirada

 

La primera mirada

es ya sentida.

La piel en la mejilla,

imaginando.

Las notas del compás

ya van pasando

primero al corazón;

luego, sin prisas,

 a las manos que,

lentas, se deslizan,

acercándose al cuerpo

en un abrazo.

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