TANGOS PARA UNA MILONGA
I
La primera mirada
La primera mirada
es ya sentida.
La piel en la mejilla,
imaginando.
Las notas del compás
ya van pasando
primero al corazón;
luego, sin prisas,
a las manos que,
lentas, se deslizan,
acercándose al cuerpo
en un abrazo.
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