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Alonso Cordel

En el tercer compás

 

  En el tercer compás

sientes el ritmo.

Inicias la salida

y la parada.

La ilusión de seguir

y ser seguidos.

Conocernosr mejor:

ser caminada,

y, a la vez, no dejar

de ser camino.

Y parar otra vez,

pecho con pecho,

sintiendo esa primera

sacudida

que dan las notas

del bandoneón.

Moverse por oblicuo

y por derecho;

percibir la entrepierna

fugitiva;

y trabarse después

con más pasión.

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